Es difícil pensar en alguna debilidad que puede tener un hombre tan fuerte y poderoso como lo es Simón Bolívar, aquel hombre inteligente, batallador y conquistador de América latina. Poseía una debilidad enorme y tenia nombre de mujer.
Simón Bolívar juro que no se casaría mas, luego que su compañera sentimental María Teresa Rodríguez del Toro y Alaiza, padeciera a causa de fiebre amarilla. Estaba bolívar inmenso en un gran dolor y se dedico a viajar. El compromiso de mantener los negocios familiares y las causas revolucionarias de tratar de luchar contra el imperio español, mantenían a Bolívar alejado de algún círculo amoroso.
El 16 de junio de 1822 Manuela Sáenz conoció a Simón Bolívar y en un evento narrado por ella escribe lo siguiente:
“Cuando se acercaba al paso de nuestro balcón, tome la corona de rosas y ramitas de laureles y la arrojé para que cayera al frente del caballo de S.E.; pero con tal suerte que fue a parar con toda la fuerza de la caída, a la casaca, justo en el pecho de S. E. Me ruboricé de la vergüenza, pues el Libertador alzó su mirada y me descubrió aún con los brazos estirados en tal acto; pero S. E. se sonrió y me hizo un saludo con el sombrero pavonado que traía a la mano.”
Manuela Sáenz
Bolívar era un libertador y necesitaba una mujer de su altura, Manuela Sáenz era casada y por eso se le hacía difícil e imposible su unión con el libertador, sin embargo Manuelita acompañó a Bolívar hasta Perú y estuvo a su lado durante buena parte de las campañas, participando en ellas activamente, hasta culminar la gesta libertadora cuando se radicaron en la ciudad de Santa Fé de Bogotá. Durante su estancia en esa ciudad, el 25 de septiembre de 1828, Bolívar fue objeto de un intento de asesinato, frustrado gracias a la valiente intervención de Manuela. Los enemigos de Bolívar habían conjurado para darle muerte aquella noche de septiembre. Al entrar al palacio de San Carlos (hoy día sede de la Cancillería de Colombia), frente al Teatro Colón, Manuela se da cuenta del atentado, y se interpone a los rebeldes, con el fin de que Bolívar tuviera tiempo de escapar por la ventana.
Gracias a este episodio es considerada la “libertadora del libertador”
Manuela Sáenz y Simón Bolívar estuvieron juntos 8 años. En la cual un viudo quien juro que nunca iba a casarse y una esposa quien no quería a su compañero, se unían para amarse en silencio y para combatir por la libertad de América. Manuelita era la única que podía “domar” a nuestro libertador y Bolívar era el único que llenaba por completo a Manuelita. Era un amor a escondidas, quizás un amor de encuentros apasionados en el congreso, cartas de un lado a otro donde ambos se proclamaban su corazón, sintiendo de un lado a otro la pasión que tanto les caracterizo.
Declaramos entonces que esto es “lo bonito de la historia”
